Acariciar y acariciar a nuestras mascotas puede ser calmante y reducir el estrés para muchas personas. Es una gran manera de fortalecer el vínculo humano-animal. Es normal que los animales sociales muestren comportamientos que mantienen el contacto social, pero ¿puede ser perjudicial un exceso de caricias y atenciones? Depende de cada mascota, de su dueño y de la situación.
En general, prestar atención a nuestras mascotas no es perjudicial y es una gran forma de establecer un vínculo con ellas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que algunas mascotas no quieren mucha atención física, al igual que algunas personas no son de abrazar o acurrucarse. Otras mascotas pueden querer estar pegadas al lado de sus dueños. Para una mascota con un trastorno de ansiedad subyacente que forma un fuerte apego al dueño, pueden estar en el cielo cuando el dueño puede darles mucha atención individualizada, pero esa atención a veces puede ser contraproducente.
Afecto y ansiedad: Lo que hay que tener en cuenta
Si una mascota tiene un trastorno de ansiedad, mucho afecto por parte del dueño, especialmente antes de que los dueños salgan de casa, puede exacerbar la angustia de la mascota. Los perros con ansiedad por separación muestran un comportamiento ansioso durante las ausencias de sus dueños, como ladrar, llorar, arañar la puerta o las ventanas, pasearse, babear en exceso o incluso hacer sus necesidades en la casa.
La intensidad de estos comportamientos puede variar desde signos leves, como ladrar durante cinco o diez minutos después de que los dueños se marchen, hasta signos graves, como masticar un agujero en la pared de la casa para escapar, saltar por las ventanas, arrancarse los dientes o las uñas o incluso romperse la mandíbula.
A los perros con estos trastornos les cuesta entender por qué sus dueños los tienen en brazos y los acarician en un momento, se van al siguiente y luego vuelven a casa colmándolos de atenciones. El fuerte contraste entre sentirse feliz y bien cuando el dueño está presente y luego no tener a nadie cerca para consolarlo puede ser demasiado abrumador para el perro.
Los gatos muestran signos de angustia social con comportamientos similares, como vocalización excesiva, arañazos o mordiscos destructivos y eliminación inapropiada. Los gatos suelen mostrar estos comportamientos después de un período prolongado de ausencia del propietario, como por ejemplo cuando se van de vacaciones.
Si una mascota muestra un comportamiento angustiado en ausencia del propietario, éste debe buscar la ayuda de un veterinario especialista en comportamiento, un conductista de animales certificado o un veterinario para que le oriente sobre cómo ayudar a su mascota. En ciertos casos, la medicación contra la ansiedad puede ser útil para reducir el nivel de angustia del animal en ausencia de los propietarios, mientras que el propietario está trabajando a través de un plan de tratamiento integral para abordar el problema de su mascota.
Qué hacer cuando el comportamiento cariñoso de su mascota es inusual
Si una mascota se vuelve más cariñosa, los propietarios deben tomar nota de cuándo y dónde se produce el comportamiento. Muchas mascotas pueden aprender a mostrar ciertos comportamientos en función de nuestros horarios y hábitos. Por ejemplo, si un perro salta repentinamente sobre su dueño cuando éste se sienta a trabajar en su escritorio, la mascota puede estar solicitando atención. Si el dueño acaricia al perro en lugar de trabajar, el perro recibe toda la atención del dueño durante ese periodo de tiempo. Si al perro le gusta la atención, puede aprender a saltar sobre el dueño cada vez que éste se sienta en su escritorio o cada vez que el dueño se sienta.
Algunas personas pueden descubrir que cuando hace frío fuera su gato puede querer sentarse en su regazo. Esta táctica puede ser la forma que tiene el gato de llamar la atención, además de aprovechar el calor corporal del dueño. Las mascotas también pueden estar más interesadas en sentarse junto a sus dueños o dormir junto a ellos cuando la temperatura de la casa es más fría. Algunas mascotas pueden querer estar cerca de su dueño sin llegar a tocarlo, lo que puede ser su forma de demostrar su apego. La proximidad con la que su gato se sienta o se tumba junto a usted puede ser un indicio de la intensidad de su afecto.
Poner mucha atención a los cambios en el entorno también puede explicar por qué una mascota puede ser más afectuosa de repente. Algunas mascotas son sensibles a los ruidos fuertes, como truenos, fuegos artificiales o ruidos de construcción. Cuando escuchan los ruidos fuertes que asustan, pueden querer buscar el consuelo de sus dueños.
Los cambios en la dinámica familiar también pueden contribuir a la repentina necesidad de afecto de una mascota por parte de su dueño. La reciente incorporación de un bebé o una mascota puede suponer una competencia para el deseo de la mascota existente de recibir la atención de su dueño. En lugar de ser el único destinatario de todos los arañazos y frotaciones en las orejas, ahora la mascota tiene que esperar su turno para recibir su dosis diaria de afecto. Esto puede hacer que algunas mascotas estén más ansiosas o sean más insistentes para mantener la atención de los dueños.
Si nota un cambio abrupto en el comportamiento de su mascota, lo primero que debe hacer es programar una cita con su veterinario para que lo examine y se asegure de que no hay ninguna condición médica subyacente que pueda ser la causa del cambio de comportamiento. Cuando algunos animales experimentan cierto grado de dolor o malestar, pueden intentar buscar la atención de sus dueños. No saben qué hacer para que desaparezca el malestar o el dolor, por lo que se vuelven más «necesitados». Sin embargo, no todas las mascotas hacen esto cuando están incómodas, y algunas pueden no querer ningún tipo de afecto de sus dueños. Siempre que tenga dudas sobre el comportamiento de su mascota, debe consultar con un experto.