Las actividades cotidianas pueden verse muy afectadas por los síntomas de la artritis de cadera, que pueden incluir un rango de movimiento limitado, rigidez articular y dolor en la cadera, la ingle, la pierna o la espalda. A medida que los síntomas empeoran con el tiempo, la artritis de cadera puede afectar en gran medida a la movilidad y a la calidad de vida.
La cadera es la tercera parte del cuerpo más susceptible de desarrollar artrosis, después de la mano y la rodilla.
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El tipo más común de artritis de cadera es la artrosis. Las formas inflamatorias de artritis -como la artritis reumatoide, una enfermedad autoinmune, y la gota, una enfermedad metabólica- tienen síntomas similares pero son menos comunes.
Dos de los principales signos de la artrosis de cadera que pueden observarse en una radiografía son:
- El deterioro del cartílago articular que cubre las superficies de la rótula de la cadera
- La aparición de espolones óseos, llamados osteofitos
- El cartílago se daña o se desgasta. El fémur y los huesos de la pelvis que conforman la rótula de la cadera pueden rozar y moler unos contra otros. La fricción hueso contra hueso puede causar dolor de cadera.
- Los huesos pueden producir pequeños crecimientos festoneados, llamados osteofitos o espolones óseos, para compensar el deterioro del cartílago. A su vez, los espolones óseos pueden crear aún más fricción.
- El hueso que se encuentra debajo del cartílago dañado puede desarrollar lesiones, y estas lesiones están asociadas al dolor.4
- El delicado revestimiento que rodea la articulación de la cadera puede inflamarse. Este revestimiento, denominado sinovia, produce y contiene líquido articular, que suministra nutrientes a la articulación. Durante la artrosis, la membrana sinovial inflamada se vuelve más gruesa y la cantidad y composición del líquido articular que produce puede cambiar. Esta afección potencialmente dolorosa5 se denomina sinovitis.
La cadera es la tercera parte del cuerpo más susceptible de desarrollar artrosis, después de la mano y la rodilla.1-3 Los profesionales de la salud desconocen la causa de la artrosis de cadera, pero han identificado varios factores de riesgo que aumentan la probabilidad de su desarrollo.
No se conoce ninguna cura para la artrosis de cadera. Con un gran porcentaje de la población estadounidense que envejece, los profesionales de la salud siguen aumentando y perfeccionando los conocimientos sobre la prevención, el diagnóstico y las opciones de tratamiento de la artrosis de cadera.
Anatomía de la articulación de la cadera
La cadera se encuentra donde la cabeza del fémur, o hueso del muslo, encaja en una cavidad redondeada de la pelvis, llamada acetábulo. Esta construcción de rótula permite que la pierna se mueva hacia adelante y hacia atrás y de lado a lado, así como que rote, apuntando los dedos del pie hacia adentro y hacia afuera.
Tanto el acetábulo como la cabeza redondeada del fémur están revestidos de cartílago articular. El cartílago articular es un material extremadamente resbaladizo, fuerte y flexible que proporciona un amortiguador entre los huesos cuando la cadera se flexiona y soporta el peso.
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Cómo la artrosis de cadera Causa dolor
Cuando el cartílago de la cadera se adelgaza, los huesos de la cadera pueden producir osteofitos para compensar. Estos crecimientos óseos pueden causar fricción entre los huesos.
La artrosis de cadera se asocia con muchos cambios en la cadera que pueden provocar dolor.
Además, la artrosis puede cambiar la mecánica de la cadera, haciendo que los tendones, ligamentos y bursas sufran un exceso de tensión y fricción. La inflamación o lesión de estos tejidos puede ser un doloroso efecto secundario de la artrosis de cadera.
No todas las personas que tienen artritis de cadera experimentan dolor. No está claro por qué algunas personas que tienen daños artríticos en la cadera experimentan dolor mientras que otras no.