Entonces rompió conmigo.
Esto… me rompió el corazón en mil millones de pedazos. Y recuerdo haber llorado muchas noches a la semana, preguntándome en qué me había equivocado. Por qué no podía parecerme a esas chicas guapas que lo tenían todo, incluso cuando ponía el 120% de mi esfuerzo. Por qué era una jodida cagada.
Y no pasó mucho tiempo antes de que mi mente empezara a aceptar la amarga verdad: que incluso el hombre más comprometido puede dejarte en la estacada, simplemente por tu aspecto y no por tu personalidad. Y entonces pensé que todos los hombres son unos imbéciles superficiales a los que sólo les importa tener a alguien visualmente agradable a quien aferrarse (por el momento).
… hasta que conocí a uno que no lo era.
Él era diferente. En el sentido de que tenía un corazón compasivo para la gente – amigos, extraños, especialmente chicas.
Sabía quién era yo por dentro. Sabía que estaba sufriendo. Y sabía lo mucho que quería cambiar a mejor -lo que no me atrevía a hacer porque todavía estaba profundamente traumatizada por cómo me trataba mi ex después de haberme esforzado por hacerle feliz.
Un día entablamos una profunda conversación, y esto fue lo que me dijo:
«Debes sentirte siempre especial porque realmente lo eres. No sé cómo enfatizarlo nunca lo suficiente, pero eres extremadamente capaz de hacer cosas que la mayoría de la gente abandonaría en ese momento.
Sólo deseo que a veces lo sepas y tengas la confianza en ti misma para respaldarlo, porque eres absolutamente increíble.
Y me encanta verte mejorar. Si yo fuera tu hombre, no tendría otra cosa que hacer que tratarte como te mereces.»
Desde ese momento, ocurrieron dos cosas:
- Todo mi mundo se animó al dejar de creer que estaba condenada a vivir en el mismo planeta con hombres de mente superficial.
- Mi perspectiva sobre lo que era realmente «atractivo» cambió – de tener un físico perfecto a poseer cualidades profundas y personales: confianza, un fuerte impulso para ser mejor y la fuerza de voluntad para simplemente hacerlo.
Empecé a preocuparme menos por lo que los demás pensaban de mí y más por cómo podía conseguir grandes cosas, como…
- escribir posts que han llegado a más de 1k recomendaciones.
- trabajar a distancia como nómada digital en solitario.
- Construir un cuerpo fuerte.
No sólo me veía mejor, sino que me sentía mejor.
Y con el tiempo mi confianza creció, subiendo un escalón cada vez que clavaba un hito hacia mi objetivo. No me di cuenta entonces, pero la gente empezó a felicitarme por cosas que no tenían nada que ver con mi aspecto.
… lo que me pareció extraño al principio, pero en el buen sentido. De hecho, aprendí que esos cumplidos me hacían aún más feliz porque tener la cualidad de superar tus límites es mucho más admirable y raro que lucir todo perfecto.
Porque como todos sabemos, la apariencia se disipa con el tiempo mientras que el carácter crece.
A la gente le gusta la gente que hace grandes cosas. Y si muestras a los demás lo que eres, es mucho más memorable (y atractivo) que ver los esfuerzos que pones en tu cara/cuerpo.
Así que señoras, no os obsesionéis con moldear cada defecto imperfecto para pareceros a esos modelos que os mostré desde el principio. Sois mucho más atractivas de lo que creéis. Pero si tu pareja no parece preocuparse tanto por tus pasiones y objetivos como por tu cuerpo, que se joda.
Es mejor que saques lo mejor de ti misma.
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