US Pharm. 2009;34(3):33-35.
Los padres suelen recurrir a los medicamentos de venta libre para el tratamiento del resfriado común en los niños. Los medicamentos utilizados pueden incluir antihistamínicos, descongestionantes, expectorantes, antitusivos o una combinación. Aunque el envase actual de estos productos indica «No utilizar en niños menores de 4 años», es muy importante conocer la dosis exacta, ya que los proveedores de atención primaria de salud pueden seguir recomendando a los padres que utilicen estos agentes en niños menores de 4 años. Cuando se utilizan según las indicaciones, los productos de venta libre para la tos y el resfriado pueden ser seguros para la población pediátrica, y el asesoramiento de un farmacéutico es fundamental para garantizar que se utilicen de forma segura y en las dosis adecuadas.1
Antihistamínicos
Los antihistamínicos son antagonistas reversibles de los receptores H1 que bloquean la actividad de la histamina en las vías respiratorias, el tracto gastrointestinal (GI) y los vasos sanguíneos. Pueden ayudar a prevenir y tratar el picor nasal y ocular, la rinorrea y los estornudos asociados al resfriado común, pero no se ha demostrado que prevengan los resfriados, los curen o acorten su curso. Los efectos secundarios de los antihistamínicos incluyen somnolencia, nerviosismo, insomnio, sequedad de boca y mareos. Las fórmulas de venta libre contra el resfriado y la alergia para niños contienen antihistamínicos de primera o segunda generación. No existe una dosis de antihistamínicos aprobada por la FDA para el resfriado; sin embargo, sí se indica la dosis para la rinitis alérgica. Las dos clases difieren principalmente en sus efectos sedantes, siendo los antihistamínicos de primera generación los que causan más sedación.3-6
Los antihistamínicos de primera generación incluyen la clorfeniramina, la difenhidramina y la bromfeniramina. La dosis adecuada de clorfeniramina en niños de 2 a 6 años es de 0,35 mg/kg/día dividida cada cuatro a seis horas, con una dosis máxima diaria (DM) de 6 mg. La dosis recomendada de difenhidramina en niños de 2 a 6 años es de 5 mg/kg/día divididos cada seis horas según sea necesario, con una DMD de 300 mg. La difenhidramina no debe utilizarse en neonatos debido a los posibles efectos sobre el sistema nervioso central. La dosis de bromfeniramina en pacientes de 2 a 6 años es de 1 mg cada cuatro a seis horas.2 La bromfeniramina no está disponible en venta libre como producto de ingrediente activo único, pero se encuentra en combinación con otros ingredientes activos en medicamentos pediátricos para la tos y el resfriado.
Los antihistamínicos de segunda generación disponibles en venta libre incluyen cetirizina y loratadina. La dosis adecuada de cetirizina en niños es la siguiente: de 6 a 12 meses de edad, 2,5 mg/día; de 12 a 23 meses de edad, dosis inicial de 2,5 mg/día (puede aumentarse a 2,5 mg dos veces/día); de 2 a 5 años de edad, dosis inicial de 2,5 mg/día (puede aumentarse a 5 mg/día en dosis única o dividida). La dosis habitual de loratadina para niños de 2 a 5 años es de 5 mg una vez/día.2
Los antihistamínicos no deben utilizarse para sedar a los niños, y los fabricantes de ciertos productos antihistamínicos están realizando cambios voluntarios en el etiquetado que advierten a los padres de que no deben utilizar el producto con la intención de adormecer al niño.1 Los padres deben evitar el uso de antihistamínicos en niños con glaucoma, trastornos respiratorios, enfermedades hepáticas o trastornos convulsivos, a menos que el médico de cabecera les indique lo contrario.3-6
Descongestionantes
Los descongestionantes nasales son aminas simpaticomiméticas que ejercen su acción vasoconstrictora al afectar al tono simpático de la mucosa nasal. Los descongestionantes disminuyen los vasos sanguíneos dilatados y alivian el edema de la mucosa al actuar sobre los receptores adrenérgicos.5,7,8 La fenilefrina estimula los receptores alfa-1, mientras que la oximetazolina, la xilometazolina y la nafazolina estimulan los receptores alfa-2.8
La pseudoefedrina ejerce su acción al tener un efecto tanto directo como indirecto sobre la actividad adrenérgica. Al igual que la fenilefrina y los derivados de la imidazolina, la pseudoefedrina estimula los receptores alfa, pero también provoca indirectamente la liberación de norepinefrina de sus lugares de almacenamiento.7,8
Los descongestionantes sistémicos y nasales están disponibles sin receta médica. Los descongestionantes nasales sistémicos están indicados para el alivio temporal de la congestión nasal, para favorecer el drenaje nasal o de los senos paranasales y para la tos causada por el goteo postnasal. Los descongestionantes nasales tópicos están indicados para el alivio sintomático de la congestión de la mucosa nasal y nasofaríngea.5,7
Los efectos secundarios de los descongestionantes son más probables en los niños que en los adultos. Los efectos incluyen elevación de la presión arterial, taquicardia, palpitaciones, arritmia, inquietud, insomnio, ansiedad, temblores, alteraciones psicológicas y reacciones de hipersensibilidad. Dado que su absorción es mínima, los descongestionantes tópicos tienen efectos secundarios sistémicos más leves y menos frecuentes que las formas farmacéuticas sistémicas. El uso tópico puede causar ardor, escozor, estornudos o irritación local. El uso de descongestionantes tópicos debe limitarse a tres días, ya que su uso prolongado se ha asociado a taquifilaxia, edema de rebote de la mucosa nasal y congestión nasal de rebote.5,7,8
La dosis recomendada para las gotas nasales de fenilefrina es de 1 a 2 gotas de solución al 0,16% en cada fosa nasal cada tres horas según sea necesario en los lactantes mayores de 6 meses; en los niños menores de 6 años, la dosis es de 2 a 3 gotas de solución al 0,125% en cada fosa nasal cada cuatro horas según sea necesario.2 La dosis adecuada de fenilefrina oral en niños de 2 a 6 años es de 2,5 mg cada cuatro horas o de 3,75 mg cada seis horas, con una DMD de 15 mg.2,9 La pseudoefedrina en niños menores de 12 años se dosifica a razón de 4 mg/kg/día divididos cada seis horas según sea necesario con una DMD de 60 mg.2,9
Expectorantes
La guaifenesina es el único expectorante de venta libre disponible para su uso en niños. Es un mucolítico oral que ayuda a aflojar la flema y las secreciones bronquiales aumentando las secreciones del tracto respiratorio, lo que conduce a una tos más productiva y a un mejor despeje de las vías respiratorias.6 Si la tos dura más de una semana, se repite o va acompañada de fiebre, erupción cutánea o dolor de cabeza persistente, se recomienda consultar con un médico de atención primaria. Los efectos adversos asociados a la guaifenesina incluyen náuseas, vómitos, mareos, somnolencia, dolor de cabeza y erupción cutánea.
La guaifenesina debe tomarse con un vaso lleno de agua y debe mantenerse una hidratación adecuada durante su uso. Los comprimidos de liberación prolongada no deben masticarse ni triturarse; por lo tanto, si el paciente no puede tragar el comprimido, debe utilizarse una forma de dosificación diferente -como jarabe, solución, líquido o minimelt (gránulo oral)-. La forma más eficaz de administrar los gránulos orales es colocarlos en la lengua y tragarlos sin masticarlos; pueden tener un sabor desagradable si se mastican. La dosis adecuada para los niños de hasta 6 años es la siguiente: menores de 2 años, dosis individualizada (dosis común = 25-50 mg cada cuatro horas, con una dosis media de 300 mg); de 2 a 6 años, 50 a 100 mg cada cuatro horas, con una dosis media de 600 mg.4-6
Antitusivos
La codeína, aunque no está disponible sin receta en todos los estados, es el antitusivo de referencia. Los antitusivos de venta libre que están disponibles para tratar la tos son el dextrometorfano y la difenhidramina.10 La codeína produce la supresión de la tos actuando de forma centralizada en el centro de la tos situado en la porción medular del tronco cerebral. Cuando se utiliza a dosis antitusivas, la codeína no debería presentar propiedades adictivas.10 El dextrometorfano, el isómero d de la codeína, ejerce su acción farmacológica de la misma manera que la codeína; sin embargo, carece de propiedades analgésicas y adictivas cuando se utiliza a las dosis recomendadas.4,5 En los niños, la dosis recomendada tanto de dextrometorfano como de codeína es de 1 mg/kg/día dividida en cuatro dosis, con una DMD de 30 mg para niños de 2 a 5 años.2,11 La dosis recomendada de difenhidramina, un antihistamínico de primera generación, en niños menores de 6 años es de 5 mg/kg/día divididos cada seis horas, con una DMD de 300 mg.2
Los efectos secundarios de la codeína incluyen aturdimiento, mareos, sedación, efectos gastrointestinales y sudoración. Los efectos más comunes resultantes de una sobredosis son la depresión respiratoria y la disminución del nivel de alerta o de conciencia. Se ha informado de que es poco probable que la codeína produzca efectos secundarios significativos en niños a los que se les administran menos de 2 mg/kg; sin embargo, se ha informado de somnolencia, ataxia, miosis, vómitos, erupción cutánea, hinchazón facial y picor en niños que reciben dosis de codeína de 3 a 5 mg/kg/día. Los efectos secundarios del dextrometorfano incluyen somnolencia, mareos, náuseas, malestar gastrointestinal y molestias abdominales.4 El dextrometorfano puede causar alteraciones del comportamiento y depresión respiratoria cuando se produce una sobredosis.
No existen pruebas suficientes que apoyen el uso de codeína o dextrometorfano con fines antitusivos en la población pediátrica.11 Los farmacéuticos deben aconsejar a los padres sobre la falta de datos que apoyen el uso de estos medicamentos con fines antitusivos, así como sobre los riesgos potenciales asociados a su uso. Además, la evidencia sugiere que los antihistamínicos no sedantes de segunda generación, como la loratadina, son ineficaces para disminuir la tos asociada al resfriado común y, por lo tanto, no deben utilizarse.12
Productos combinados
Muchas fórmulas de venta libre para la tos y el resfriado contienen más de un ingrediente activo para tratar dos o más síntomas simultáneos. Es importante recordar que los medicamentos combinados para la tos y el resfriado deben utilizarse sólo si el síntoma correspondiente está presente y que los productos combinados no deben administrarse además de otro producto de venta libre con el mismo principio activo.
Las formulaciones de venta libre para la tos y el resfriado están disponibles en las siguientes combinaciones: antihistamínico/descongestionante, antihistamínico/antitusivo, antitusivo/expectorante, descongestionante/expectorante, antihistamínico/antitusivo/descongestionante y antitusivo/descongestionante/expectorante.5 Además, algunos productos multisintomáticos contienen antipiréticos y analgésicos como el paracetamol y el ibuprofeno. Se recomienda una dosis de paracetamol oral en niños basada en el peso, de 10 a 15 mg/kg/dosis cada cuatro o seis horas según sea necesario; la dosis diaria no debe superar los 90 mg. La dosis de ibuprofeno de venta libre para niños es de 5 a 10 mg/kg/dosis cada seis a ocho horas, con una DMD de 40 mg/kg.2
Cambios voluntarios y reglamentarios
La seguridad de los preparados de venta libre para la tos y el resfriado en la población pediátrica es motivo de gran preocupación debido a los informes de reacciones adversas graves y muertes en bebés y niños. En octubre de 2007, los comités asesores de la FDA sobre medicamentos sin receta y pediatría se reunieron para debatir la seguridad y eficacia de los medicamentos sin receta para la tos y el resfriado en niños. Diez días antes de la reunión, la Consumer Healthcare Products Association (CHPA) anunció la retirada voluntaria de 14 medicamentos sin receta para la tos y el resfriado infantil en nombre de los fabricantes de los productos. Los fabricantes retiraron estos productos aunque creían que eran seguros. Se habían notificado casos de uso indebido que habían provocado sobredosis en bebés menores de 2 años. Los comités consultivos concluyeron que las pruebas de los estudios pediátricos eran insuficientes para demostrar la eficacia de los medicamentos para el resfriado y la tos en los niños; votaron 13 a 9 para recomendar que los productos para la tos y el resfriado dejaran de utilizarse en niños menores de 6 años.13,14
La FDA emitió un aviso de salud pública en enero de 2008 en el que recomendaba que los medicamentos de venta libre para la tos y el resfriado no se utilizaran en niños menores de 2 años debido al riesgo de que se produjeran efectos adversos graves y potencialmente mortales. Además, la FDA accedió a la petición de los fabricantes de cambiar el etiquetado del producto para advertir a los padres de que no utilizaran productos antihistamínicos para sedar a los niños.13,14
En 2008, la FDA celebró dos reuniones públicas para recabar más información sobre el proceso de regulación de los medicamentos pediátricos para la tos y el resfriado y sobre las pruebas científicas en niños. El 8 de octubre de 2008, la FDA emitió una declaración en la que apoyaba el anuncio de la CHPA de que los fabricantes de medicamentos de venta libre para la tos y el resfriado en niños estaban modificando voluntariamente el etiquetado de los envases para indicar: «No utilizar en niños menores de 4 años».15
Además de los cambios en el etiquetado de los productos, se están introduciendo nuevos envases y dispositivos de medición a prueba de niños para los productos. Los fabricantes han realizado la transición de este nuevo etiquetado y envasado durante la temporada de tos y resfriado 2008-2009.1
Terapias complementarias y alternativas
Las terapias alternativas para la tos y el resfriado, como el aumento de la ingesta de líquidos, los humidificadores ambientales, las tiras dilatadoras nasales, la aspiración o irrigación nasal y la vitamina C, pueden utilizarse solas o en combinación con un medicamento de venta libre para la tos y el resfriado. El aumento de la ingesta de líquidos ayuda a prevenir la deshidratación en un niño que padece tos o resfriado. Los humidificadores de habitación alivian la congestión al humedecer el aire.16 Los humidificadores de vapor caliente funcionan hirviendo el agua en un depósito, lo que supone un riesgo potencial de quemaduras; por ese motivo, se recomiendan generalmente los humidificadores de vapor frío. Dado que las bacterias proliferan en entornos húmedos, se debe animar a los padres a vaciar el agua del humidificador y a secar todas las superficies a diario.17
Las tiras dilatadoras nasales son bandas adhesivas que se colocan en la nariz y dilatan los conductos nasales o endurecen la pared nasal, lo que aumenta el flujo de aire y, por tanto, alivia la congestión nasal.18,19 Las tiras dilatadoras nasales con o sin mentol añadido están aprobadas por la FDA para su uso en niños de 5 años o más. La alergia al látex es un problema potencial con este producto.18
La limpieza de las fosas nasales con una jeringa de pera y la irrigación nasal con gotas de solución salina son dos opciones para tratar a los niños pequeños con congestión. La aspiración con una jeringa de pera elimina la mucosidad de las fosas nasales; las gotas y los aerosoles de cloruro sódico al 0,65% calman las membranas mucosas irritadas y rehidratan las secreciones secas para facilitar su eliminación de las fosas nasales.7,18
La suplementación con vitamina C puede disminuir la duración del resfriado común en los niños. Una revisión sistemática de Cochrane de 2004 sugiere que, en los niños, las dosis de 0,2 g a 2 g de vitamina C son beneficiosas para reducir la duración del resfriado. Los estudios han demostrado que los niños tienen una mayor disminución de la duración del resfriado que los adultos, y que las dosis más altas confieren un mayor beneficio que las dosis más bajas. Los estudios que evaluaron de 0,2 a 0,75 g/día de vitamina C informaron de una reducción del 7% en la duración del resfriado, en comparación con una reducción del 18% en los estudios que evaluaron 1 g/día.20 Los niños a los que se les administró 2 g/día demostraron una disminución media de la duración del resfriado del 26%, frente a una disminución media del 6% en los adultos que recibieron 1 g/día.21 A dosis superiores a 1 g, pueden producirse efectos secundarios como náuseas, vómitos, aumento de la absorción de hierro y diarrea.5
Conclusión
Los farmacéuticos son miembros accesibles del equipo de atención sanitaria y a menudo son consultados por los padres o tutores en relación con la selección de productos adecuados para la tos y el resfriado sin receta para sus hijos. Se debe aconsejar a los padres o tutores que sigan cuidadosamente ciertas pautas de uso (ver barra lateral) cuando se considere el uso de un medicamento de venta libre para la tos y el resfriado en niños.22,23
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