La depresión mayor es un trastorno del estado de ánimo caracterizado por un sentimiento de inadecuación, abatimiento, disminución de la actividad, pesimismo, anhedonia y tristeza, en el que estos síntomas perturban gravemente y afectan negativamente a la vida de la persona, a veces hasta tal punto que se intenta o se produce el suicidio. Los fármacos antidepresivos no siempre son eficaces y algunos han sido acusados de provocar un mayor número de suicidios, sobre todo en los jóvenes. Se sabe que la carencia de magnesio produce neuropatías. Sólo el 16% del magnesio que se encuentra en el trigo integral permanece en la harina refinada, y el magnesio se ha eliminado de la mayoría de los suministros de agua potable, lo que crea un escenario para la deficiencia de magnesio en los seres humanos. Los iones de magnesio regulan el flujo de iones de calcio en los canales de calcio neuronales, ayudando a regular la producción neuronal de óxido nítrico. En la deficiencia de magnesio, las necesidades neuronales de magnesio pueden no estar cubiertas, causando daños neuronales que podrían manifestarse como depresión. La hipótesis es que el tratamiento con magnesio es eficaz para tratar la depresión mayor resultante de los déficits intraneuronales de magnesio. Estos déficits neuronales de iones de magnesio pueden ser inducidos por las hormonas del estrés, el exceso de calcio en la dieta, así como las deficiencias dietéticas de magnesio. Se presentan historias de casos que muestran una rápida recuperación (menos de 7 días) de la depresión mayor utilizando 125-300 mg de magnesio (como glicinato y taurinato) con cada comida y al acostarse. El magnesio se consideró generalmente eficaz para el tratamiento de la depresión en general. También se beneficiaron las enfermedades mentales relacionadas y acompañantes en estos casos, como la lesión cerebral traumática, el dolor de cabeza, la ideación suicida, la ansiedad, la irritabilidad, el insomnio, la depresión posparto, el abuso de la cocaína, el alcohol y el tabaco, la hipersensibilidad al calcio, la pérdida de memoria a corto plazo y la pérdida de coeficiente intelectual. Las deficiencias dietéticas de magnesio, unidas al exceso de calcio y al estrés, pueden causar muchos casos de otros síntomas relacionados, como agitación, ansiedad, irritabilidad, confusión, astenia, insomnio, cefalea, delirio, alucinaciones e hiperexcitabilidad, habiéndose documentado previamente cada uno de ellos. La posibilidad de que la deficiencia de magnesio sea la causa de la mayoría de las depresiones importantes y de los problemas de salud mental relacionados con ellas, incluyendo la pérdida de cociente intelectual y la adicción, es enormemente importante para la salud pública y se recomienda su estudio inmediato. Se recomienda enriquecer el grano refinado y el agua potable con magnesio biológicamente disponible a niveles anteriores al siglo XX.