Si piensa en rehabilitación, puede evocar la imagen de un atleta que se recupera de una rotura de ligamentos o de un hombre mayor que se recupera tras una sustitución total de cadera. La rehabilitación del pene es más difícil de imaginar. De hecho, puede sonar más como una frase creativa para ligar que como una terapia seria, pero es un programa real, aunque no probado, avanzado por muchos urólogos.
El problema
Antes de que decida que la rehabilitación del pene suena como algo divertido, recuerde que es provocada por un diagnóstico de cáncer de próstata. Cerca de 218.000 hombres estadounidenses recibirán ese diagnóstico este año, y todos se enfrentarán a la difícil decisión de qué hacer a continuación. Algunos hombres optarán por aplazar el tratamiento (programas de «espera vigilante» y vigilancia activa). Otros decidirán someterse a radioterapia (radiación externa o braquiterapia con semillas implantadas). Y muchos hombres optarán por «sacarlo todo» sometiéndose a la operación de prostatectomía radical; es una opción especialmente buena para los hombres más jóvenes con una esperanza de vida de más de 10 años y con cánceres de aspecto agresivo aún confinados en la propia próstata.
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