¿Se sostiene este escenario comúnmente encontrado en Hollywood bajo el escrutinio médico?
Hoy abordamos un mito médico comúnmente perpetuado en la cultura popular, según el cual se puede dar una descarga a un corazón para sacarlo de la asistolia. Todos lo hemos visto. Una escena dramática de una película en la que un paciente entra en paro y el personal sanitario saca inmediatamente el desfibrilador en un último esfuerzo por salvar la vida del personaje. Es algo muy importante. Es dramático. Te mantiene al borde de tu asiento, lleno de ansiedad. Pero nunca ocurriría en la vida real.
El término médico para una línea plana es «asistolia»,»que significa que no hay contracciones del corazón. Los desfibriladores están diseñados para producir una descarga eléctrica con el fin de despolarizar el sistema cardíaco en un esfuerzo por restablecer un ritmo cardíaco normal y pueden ayudar en el caso de «ritmos descargables» como:
o Fibrilación ventricular: Se produce cuando los ventrículos, o cámaras inferiores del corazón, comienzan a temblar en lugar de bombear, impidiendo que el corazón lleve sangre al resto del cuerpo. Una fibrilación «fina» puede parecerse a veces a una asistolia, pero esto es poco frecuente.
o Taquicardia ventricular sin pulso: Se produce cuando los ventrículos se contraen tan rápidamente que la sangre no puede circular hacia el resto del cuerpo, lo que provoca una presión arterial baja.
En el caso de una parada cardíaca (que puede incluir o no una asistolia), la forma de actuar recomendada es iniciar las compresiones torácicas y administrar adrenalina lo antes posible. En otras palabras, aunque administrar una descarga mediante el uso de un desfibrilador puede ayudar a estabilizar ciertos tipos de arritmia, no puede restaurar un ritmo inexistente y sería inútil en el caso de una línea plana. Así que la próxima vez que escuches ese sonido ominoso en la pantalla de tu televisor y veas a los paramédicos sacar las palas mientras el médico grita «despejado», puede que te encuentres exhalando con exasperación, pero intenta que la realidad no te arruine el momento cinematográfico.