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Para el tercer post de la «Semana de la Oda a la Calabaza», rendimos homenaje al tesoro que se encuentra dentro de la calabaza: ¡las pepitas! Sí, estas pequeñas semillas son tan divertidas de pronunciar como de comer. Así que nada de «pay-pee-tuhs» con acento inglés, por favor: son «peh-pee-tahs» (toca con la lengua la parte posterior de los dientes delanteros para pronunciar la «t» suave). Bueno.

Aunque nunca he sido un gran fan de las duras semillas blancas sacadas directamente de una calabaza, ¡me encantan estas pequeñas semillas verdes crudas y descascaradas (que se encuentran dentro de las blancas)! Siempre tuesto algunas tandas cada otoño para tenerlas a mano para picar o para echarlas a las ensaladas, la granola, la mezcla Chex y demás. Las opciones de condimentación son infinitas, pero he enumerado algunas a continuación para dar ideas. Mientras estaba en casa visitando a mis padres hoy, preparamos dos lotes rápidos para disfrutar mientras veíamos «Glee» – una mezcla con chile, lima y comino en polvo (foto de la derecha), y otra con hierbas de Provenza (izquierda). Ambas estaban deliciosas, y la combinación de sabores que salía del horno era (sorprendentemente) apetitosa!

Así que haz una visita a un comerciante local de semillas y frutos secos, y tuesta un lote. Os aseguro que son muy deliciosas!