Sialocele (Mucocele Salival)

El sialocele se define como la acumulación de saliva en el tejido debido a la fuga de una glándula salival o conducto salival. Esta condición es rara y ocurre en menos de 5/1.000 perros. La afección es más común en perros jóvenes, de 2 a 4 años de edad. Ocurre más comúnmente en pastores alemanes y caniches miniatura.

No se sabe por qué se produce esta condición, sin embargo, se ha propuesto un traumatismo que daña las glándulas/conductos salivales como un posible mecanismo. Esto puede explicar por qué es más común en perros jóvenes.

Hay cuatro tipos diferentes de sialoceles, que se clasifican en función de la glándula de la que se origina la saliva (Figura 1).

Figura 1. Figura que demuestra las cuatro glándulas salivales a partir de las cuales se puede formar un sialocele. Foto cortesía de Saunders Manual of Small Animal Practice (3ª ed). Louis. Elsevier, 2006, pp 632-635

Síntomas y diagnóstico

El sialocele se presenta más comúnmente como una hinchazón blanda, llena de líquido e indolora en la cavidad oral, el cuello o, raramente, cerca del ojo. El sialocele puede ser doloroso inicialmente debido a una respuesta inflamatoria. Los signos clínicos más comunes dependen de la localización del sialocele.

Sialocele cervical: Es un tipo de sialocele muy común. La inflamación se produce debajo de la mandíbula o a lo largo de la región superior del cuello (Figuras 2 y 3). Generalmente, no hay otros signos clínicos asociados a los sialoceles en esta localización.

Figura 2. Sialocele cervical. Foto cortesía de ACVS www.acvs.org/small-animal/salivary-mucocele

Figura 3. Sialocele cervical. Foto cortesía de la Dra. Joanne Franks, Dallas Veterinary Surgical Center

Sialocele sublingual (ranula): Este es otro tipo de sialocele muy común. Se produce en el suelo de la boca al lado o debajo de la lengua (Figura 4). Los signos clínicos asociados a este tipo de sialocele incluyen la reticencia a comer, una alimentación/masticación anormal y la presencia de saliva teñida de sangre debido al traumatismo provocado al masticar o comer.

Figura 4. Sialocele sublingual. Foto cortesía de ACVS www.acvs.org/small-animal/salivary-mucocele

Sialocele faríngeo: Es un tipo de sialocele poco común. La hinchazón se produce dentro de la faringe (garganta) y puede causar dificultad para tragar o problemas para respirar.

Sialocele cigomático: Este es un tipo muy raro de sialocele. Los animales suelen presentarse debido a una hinchazón visible cerca del ojo.

El diagnóstico de un sialocele se basa en los signos clínicos, la historia y los resultados de la aspiración con aguja fina de la hinchazón. La aspiración de un sialocele da como resultado un líquido fibroso teñido de sangre (figura 5). Este líquido no suele contener bacterias ni un gran número de glóbulos blancos, a menos que haya habido una infección de la glándula salival o se haya formado un absceso.

Figura 5. Aspiración de un sialocele. Foto cortesía de ACVS www.acvs.org/small-animal/salivary-mucocele

Tratamiento:

El único tratamiento definitivo para un sialocele es la extirpación quirúrgica de las glándulas salivales afectadas.

La aspiración (extracción de líquido con una aguja) para drenar el sialocele puede resolver el problema temporalmente. Sin embargo, el sialocele reaparece con frecuencia y el drenaje repetido conlleva un mayor riesgo de infección.

La cirugía

La extirpación de las glándulas salivales requiere un cirujano experto y es un procedimiento delicado debido a los grandes vasos y muchos nervios importantes que hay en la zona las glándulas.

Sialadenectomía mandibular y sublingual:

Las glándulas salivales mandibulares y sublinguales se extirpan juntas porque la glándula salival sublingual está íntimamente asociada a la glándula salival mandibular. Se incide la piel sobre la glándula salival mandibular y sublingual. Los nervios, las arterias y las venas se diseccionan y se ligan según sea necesario. Las glándulas salivales se diseccionan con cuidado y luego se extraen (Figura 6).

Figura 6. Sialadenectomía mandibular y sublingual. Foto cortesía de Fossum: Small Animal Surgery 3rd edition<br />Copyright © 2007 by Mosby, Inc., an affiliate of Elsevier Inc.

Marsupialización:

La marsupialización, que permite el drenaje en la cavidad oral, también puede utilizarse para tratar los sialoceles sublinguales. Se realiza una incisión elíptica de espesor total en la pared del mucocele. El tejido de granulación dentro del sialocele sublingual se sutura a la mucosa oral sublingual para favorecer el drenaje (Figura 7).

Figura 7. Marsupialización de Mucocele Salival Sublingual. Foto cortesía de Fossum: Small Animal Surgery 3rd edition<br />Copyright © 2007 by Mosby, Inc, an affiliate of Elsevier Inc.

Los sialoceles faríngeos pueden ser tratados con marsupialización. Sin embargo, se recomienda que los sialoceles faríngeos se traten con resección debido a los graves riesgos asociados a la obstrucción de las vías respiratorias superiores y a la incapacidad para tragar.

Sialadenectomía cigomática:

El sialocele cigomático puede tratarse eficazmente con la extirpación de la glándula salival cigomática. Se incide la piel sobre el arco cigomático. El arco cigomático se retira parcialmente para exponer la glándula. La glándula se extrae cuidadosamente con una disección roma. El arco zigomático se vuelve a colocar mediante sutura y agujeros perforados en el hueso. Se cierran los tejidos subcutáneos y la piel subyacentes

Potenciales complicaciones

Existe la posibilidad de que se produzcan daños en los nervios y hemorragias (sangrado) durante la cirugía, sin embargo, las complicaciones postoperatorias son poco comunes cuando un cirujano experimentado realiza el procedimiento.

Si se deja tejido de la glándula salival existe la posibilidad de que el sialocele vuelva a aparecer. La infección es rara pero puede ocurrir. Puede desarrollarse un seroma (bolsa de líquido) en la zona del sialocele, pero suele ser autolimitado y se resuelve sin tratamiento adicional.

Cuidados postoperatorios

Típicamente, los animales permanecen una noche en el hospital para su control durante la recuperación. Es imperativo que durante 2 semanas después de la cirugía su mascota lleve un collar electrónico en todo momento para evitar el autotraumatismo y el daño a la reparación quirúrgica a través del rascado. Normalmente se recomiendan de dos a tres semanas de restricción del ejercicio para permitir que la incisión sane. Si se deja un drenaje en la zona quirúrgica, su mascota experimentará un drenaje durante varios días. El drenaje suele retirarse en dos o tres días. El cirujano puede prescribir analgésicos, antiinflamatorios y antibióticos. Dependiendo del material de sutura utilizado, puede ser necesario un seguimiento para la retirada de la sutura.

Pronóstico

El pronóstico es excelente tras el drenaje de un mucocele y la eliminación de las glándulas salivales afectadas. La mayoría de los animales sólo requieren una cirugía para recuperarse completamente, sin embargo, ocasionalmente se necesita una segunda cirugía.

Autor: Dra. Megan Cray

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