Este domingo, 14 de abril, mil millones de personas sintonizarán el estreno de la última temporada de Juego de Tronos, la popular serie de HBO inspirada en la serie de libros de George R.R. Martin Canción de hielo y fuego . Ya en la primera temporada conocimos a los seis cachorros de lobo huargo de los Stark: Viento Gris, Dama, Verano, Shaggydog, Nymeria y Fantasma. Ahora, de cara a la octava temporada, sólo quedan Fantasma y Nymeria.
Tendremos que sintonizar esta temporada para conocer el destino de Ghost y Nymeria. Pero, ¿te has preguntado alguna vez por la historia de los animales reales que hay detrás de estos famosos personajes caninos? Algunos piensan que los lobos huérfanos son ficticios, como los increíbles dragones de la serie. Pero el ya extinto lobo huargo es un animal real, ¡no sólo creado por Martin para la serie!
Hasta hace unos 10.000 años, los humanos biológicamente modernos compartían el planeta con los lobos feroces y sus presas, animales como los perezosos gigantes y los mastodontes. Los lobos huérfanos (Canis dirus, que significa «perro temible») tenían una constitución ligeramente diferente a la de los lobos grises actuales. Eran más pesados y corpulentos, adaptaciones para alimentarse de su más famosa megafauna. Hoy conocemos a los lobos huérfanos por los numerosos fósiles encontrados en América del Norte y del Sur. Curiosamente, los lobos huérfanos son el fósil más común en las famosas fosas de alquitrán de Rancho La Brea, en California, donde se han recuperado los fósiles de más de 4.000 lobos huérfanos.
La Academia cuenta con 18 millones de especímenes científicos entre sus filas, y uno de ellos es el espécimen fósil que se describió para nombrar e identificar la existencia de la especie del lobo huargo, también conocido como espécimen tipo del lobo huargo.
Los especímenes tipo son un tipo de espécimen biológico extremadamente importante. El nombre científico de cada especie suele basarse en la descripción y existencia de un espécimen real muy importante. El nombre de una especie, como Tyrannosaurus rex o Boa constrictor, no es sólo una idea. Está ligado a un objeto real y tangible que reside en un museo o un herbario. De los 18 millones de especímenes de las colecciones de la Academia, 80.000 están designados como especímenes tipo.
Una de las funciones de un museo es cuidar y proteger para el público aquellos aspectos de nuestra historia cultural y natural que se consideran importantes para las generaciones futuras. Los museos de historia natural como la Academia se encargan de mantener datos científicamente precisos sobre todas las especies vivas y extintas. Ponemos nuestras colecciones a disposición del público mediante exposiciones y facilitamos el acceso a los investigadores. Aunque no todos los museos recogen todas las especies y todos tenemos especialidades, los museos de todo el mundo almacenan y protegen el conocimiento de cada ser vivo que se descubre y estudia.
Este post ha sido adaptado del post Dire Wolf Bombshell de Timshel Purdum, publicado el 6 de abril de 2015.