Sátrapa, gobernador provincial en el Imperio Aqueménico. La división del imperio en provincias (satrapías) fue completada por Darío I (reinó 522-486 a.C.), que estableció 20 satrapías con su tributo anual.
Los sátrapas, nombrados por el rey, eran normalmente miembros de la familia real o de la nobleza persa, y ocupaban el cargo indefinidamente. Como jefe de la administración de su provincia, el sátrapa recaudaba los impuestos y era la autoridad judicial suprema; era responsable de la seguridad interna y levantaba y mantenía un ejército. Para evitar el abuso de poder, Darío instituyó un sistema de controles sobre el sátrapa. Los altos funcionarios de la satrapía y el comandante de las tropas de guarnición estacionadas en la provincia eran directamente responsables ante el rey, y los funcionarios reales realizaban inspecciones periódicas. Sin embargo, con el debilitamiento de la autoridad central a partir de mediados del siglo V a.C., los sátrapas gozaban a menudo de una virtual independencia. La administración satrapal fue conservada por Alejandro III el Grande y sus sucesores.
El título de sátrapa también se utilizó para designar a ciertos jefes Śaka que gobernaron partes del norte y el oeste de la India durante la primera mitad del primer milenio a.C.