La función puede resucitar la preocupación de que las grandes tecnológicas nos estén escuchando
La nueva función se basa en modelos de aprendizaje automático que analizan cada tarareo, silbido o canto y eliminan detalles como los instrumentos de acompañamiento y el timbre y tono de la voz. A continuación, comparan la melodía con miles de canciones de todo el mundo.
La función mostrará a los usuarios una lista de las canciones más probables basadas en la melodía. A continuación, pueden seleccionar una coincidencia, explorar la información sobre la canción y el artista, ver cualquier vídeo musical que la acompañe o escuchar la canción, encontrar la letra o consultar otras grabaciones de la canción si están disponibles.
«Podría ayudar ciertamente a conectar a los artistas musicales y a la industria musical con los clientes», afirma Chris Rodgers, director general y fundador de Colorado SEO Pros. «En el proceso de creación de la música, los músicos pueden llegar a tener ideas increíbles, y resultará que éstas vinieron de algo que escucharon y reprodujeron en su mente cien veces y luego pensaron que era su propia idea brillante. Así que esta nueva función podría ser casi una forma de hacer una comprobación. ‘Tengo esta increíble canción, pero ¿es realmente similar a algo más por ahí?»
Además, un usuario podría escuchar un jingle en un anuncio o algún mensaje de las redes sociales y querer identificar esas melodías. «Puedo ver a Google tratando de monetizar esa oportunidad como tratan de monetizar todo», dice Rodgers.
La nueva función está actualmente disponible en inglés en iOS, y en más de 20 idiomas en Android. Google planea ampliarla a más idiomas en el futuro.
«Es una función genial. No creo que tenga grandes aplicaciones comerciales en este momento, pero sí creo que ayuda a la marca Google», afirma Rodgers.
Una de las preocupaciones de esta nueva función es que Google pueda utilizar dicha tecnología para identificar de forma encubierta a las personas por los sonidos de sus voces. «Sabemos que la tecnología ya está ahí para que las grandes compañías tecnológicas enciendan los receptores en los teléfonos», dice Rodgers. «Y hay muchas pruebas anecdóticas de que algunas de ellas pueden estar escuchando. Facebook lo ha negado hasta la saciedad, pero yo mismo tengo pruebas anecdóticas».
«Son preguntas difíciles para las que ninguno de nosotros tiene respuesta», dice Rodgers. «Todos navegamos por un mundo de variables e incógnitas con la esperanza de que estas empresas tengan nuestros mejores intereses en mente mientras intentan disfrutar de la tecnología, entre comillas, gratuita que tienen, pero al final del día, sabemos que tiene algún tipo de precio.»