La aparición inesperada de un bulto en alguna zona del cuerpo es siempre motivo de alarma. Sin embargo, son muchas las causas que pueden originar dicho síntoma. En el caso de que esta protuberancia surga en el cuello, lo más habitual es que se trate de una inflamación de los ganglios linfáticos, consecuencia de una infección viral, algo que ocurre con relativa asiduidad y que recibe el nombre oficial de linfadenitis.
Aunque el sistema linfático se extiende por todo el cuerpo, la mayoría de ganglios están ubicados en la cabeza y el cuello, por eso son las regiones más afectadas, junto a las ingles y las axilas. Entre los síntomas relacionados se encuentran la inflamación y la sensibilidad de dichos ganglios, fiebre, dolor de garganta o sudoraciones nocturnas, entre otras.
Afortunadamente, su tratamiento es de lo más sencillo, pues basta con curar la infección a base del consumo de antibióticos, que debe complementarse con otros cuidados caseros como un descanso adecuado o la aplicación de compresas húmedas y tibias. No obstante, no siempre se trata de una inflamación de los ganglios linfáticos, entonces ¿qué otras causas puede haber detrás de un bulto en el cuello?
Otras posibles causas
- Artritis reumatoide. Es un trastorno inmunitario que afecta principalmente al revestimiento de las articulaciones. Aunque sus síntomas principales son la reducción del rango de movimiento, la hinchazón o el dolor en la zona afectada, también motiva el desarollo de nódulos o bultos de tejido bajo la piel.
- Quiste. Este signo tan común no es más que una bolsa de líquido que se forma de manera anormal en los tejidos del cuerpo. Suelen ser inofensivos.
- Bocio. Con el aumento del tamaño de la glándula tiroides, debido a una deficiencia de yodo, también es posible que aparezcan varios bultos sólidos o llenos de líquido cerca de la misma.
- Tortícolis. Como bien es sabido, la tortícolis es una contracción muscular prolongada en la región del cuello. Además de provocar un fuerte dolor y la incapacidad de moverse, pueden surgir bruscamente deformidades en la piel del cuello.
- Cáncer. Aunque es una causa mucho menos frecuente, su indicencia aumenta en las personas mayores. Suele tratarse de un cáncer de una estructura cercana, como la boca o la garganta, que se ha extendido al cuello. También «un ganglio linfático canceroso, que se produce cuando un tumor maligno se disemina (hace metástasis) desde una parte más distante del cuerpo o cuando se produce un cáncer en el propio sistema linfático», asegura el Manual MSD para profesionales de la salud.
Ante esta diversidad, los expertos recomiendan acudir cuanto antes al médico y vigilar de cerca la evolución del bulto y los síntomas que puedan aparecer mientras este sigue en activo, para estudiar la gravedad del problema y descartar posibles causas, así como emprender el tratamiento más adecuado.