¿Qué es un testamento vital?
Un testamento vital -también conocido como directiva anticipada- es un documento legal que especifica el tipo de atención médica que una persona desea o no desea en caso de que no pueda comunicar sus deseos.
En el caso de una persona inconsciente que padece una enfermedad terminal o una lesión que pone en peligro su vida, los médicos y los hospitales consultan el testamento vital para determinar si el paciente desea o no recibir tratamiento de soporte vital, como respiración asistida o alimentación por sonda. En ausencia de un testamento vital, las decisiones sobre los cuidados médicos pasan a ser responsabilidad del cónyuge, los familiares u otros terceros. Estas personas pueden desconocer los deseos del paciente, o pueden no querer seguir las directivas verbales no escritas del paciente.
Entendiendo un testamento vital
Los testamentos vitales y las directivas anticipadas entran en juego sólo cuando uno se enfrenta a una condición que amenaza su vida y es incapaz de comunicar sus deseos de tratamiento. Los médicos no consultan los testamentos para la atención médica estándar que no implique situaciones de riesgo vital. Todos los estados prevén la redacción de un testamento vital, aunque algunos estados denominan a este documento directiva médica o poder sanitario. Algunos estados le permiten preparar un testamento vital detallado y personalizado, mientras que otros le obligan a rellenar un formulario estandarizado.
¿Qué incluye un testamento vital?
Un testamento vital aborda muchos de los procedimientos médicos habituales en situaciones de riesgo vital, como la reanimación mediante descargas eléctricas, la ventilación y la diálisis. Uno puede elegir permitir algunos de estos procedimientos o ninguno de ellos. También se puede indicar si se desea donar órganos y tejidos después de la muerte. Incluso si el paciente rechaza los cuidados de mantenimiento de la vida, puede expresar el deseo de recibir medicación para el dolor durante sus últimas horas.
En la mayoría de los estados, uno puede ampliar el testamento vital para cubrir situaciones en las que no hay actividad cerebral o en las que los médicos esperan que permanezcan inconscientes durante el resto de su vida, incluso si no hay una enfermedad terminal o una lesión que ponga en peligro la vida. Dado que estas situaciones pueden ocurrirle a cualquier persona a cualquier edad, es una buena idea que todos los adultos tengan un testamento vital.
¿En qué se diferencia un poder de atención médica de un testamento vital?
Además del testamento vital, uno puede seleccionar un apoderado de atención médica que esté autorizado a tomar decisiones por si es incapaz de tomarlas. Algunos estados llaman a este individuo un poder de atención médica. Los testamentos vitales cubren muchas decisiones médicas, pero un apoderado sanitario puede consultar con el médico sobre otras cuestiones que puedan surgir. Ante la pérdida de un ser querido, las familias suelen estar en desacuerdo sobre el tratamiento, por lo que tener un apoderado sanitario reduce la confusión sobre los deseos finales. Hay que discutir los deseos con el apoderado antes de nombrar a esta persona y asegurarse de que está dispuesto a cumplir sus deseos.