¿Qué es la vaginitis?
La vaginitis es un término general que describe la inflamación de la vagina. Hasta un tercio de las mujeres desarrollará síntomas de vaginitis en algún momento de su vida, especialmente durante la edad reproductiva. Lo más habitual es que se produzca cuando la flora bacteriana normal de la vagina se desequilibra, permitiendo el crecimiento excesivo de otros organismos. Existen diferentes tipos de vaginitis, de los cuales al menos tres son infecciosos: la cándida, la tricomoniasis, la vaginosis bacteriana (VB) y la vaginitis atrófica.
¿Cuáles son los síntomas de la vaginitis?
En el caso de la cándida, también conocida como infección vaginal por hongos, se produce clásicamente una secreción blanca y espesa de la vagina, de aspecto similar al «requesón», aunque también puede ser acuosa. Por lo general, el flujo no tiene olor, pero la vagina y los labios se enrojecen, pican y la infección puede causar dolor durante las relaciones sexuales y la micción. Aunque la cándida no es contagiosa, algunos hombres pueden desarrollar una erupción en el pene y picazón tras el contacto sexual con una pareja infectada.
La tricomoniasis, una enfermedad de transmisión sexual causada por el parásito protozoario unicelular Trichomonas vaginalis, puede no manifestar síntomas durante años y, por lo tanto, puede no ser tratada con el potencial de contagio a otras personas. Los síntomas pueden incluir una secreción espumosa de color amarillo-gris o verde, picor y ardor, así como dolor al orinar.
La vaginosis bacteriana es la causa más común de vaginitis, y es el resultado de un desequilibrio entre la flora vaginal natural. Puede producir una secreción de aspecto lechoso que huele a «pescado», así como ardor al orinar. El picor no es tan común, pero puede estar presente si hay mucho flujo.
Hasta el 40% de las mujeres posmenopáusicas experimentan síntomas de vaginitis atrófica. Con esta vaginitis no infecciosa, los tejidos vaginales posmenopáusicos se vuelven más finos y secos, lo que puede provocar picor, ardor o dolor.
¿Cuáles son las causas de la vaginitis?
En la zona vaginal normalmente crecen bacterias y ciertas formas de levadura; esto se conoce como flora vaginal. Para una salud óptima, el tipo y la cantidad de cada organismo presente debe permanecer en equilibrio. Cuando este equilibrio se altera más allá de un rango aceptable para el cuerpo, se produce la vaginitis.
Las infecciones por cándida están causadas por el crecimiento excesivo de hongos. No siempre se sabe cuál es la causa de este desequilibrio, pero las infecciones por hongos suelen producirse como efecto secundario de los antibióticos orales, durante el embarazo y entre los diabéticos.
La tricomoniasis está causada por un parásito que puede transmitirse de una persona a otra a través del contacto sexual. Aunque la tricomoniasis suele transmitirse por vía sexual, también puede contagiarse por el contacto genital con objetos húmedos o mojados, como toallas, ropa mojada o el asiento del inodoro.
La vaginosis bacteriana se desarrolla cuando las bacterias de la vagina se multiplican de forma significativa. Las razones para ello no están claras, pero se ha asociado a cambios en la higiene vaginal. Las duchas vaginales, el uso de un dispositivo intrauterino para la anticoncepción y el embarazo aumentan el riesgo de VB. Aunque no parece ser un trastorno de transmisión sexual, hay una mayor incidencia de la afección entre las mujeres con nuevas o múltiples parejas sexuales.
La vaginitis atrófica es el resultado de la reducción de los niveles de estrógeno después de la menopausia o de la toma de medicamentos antiestrogénicos.
¿Cuál es el tratamiento convencional de la vaginitis?
Las infecciones por hongos suelen tratarse con cremas o supositorios antimicóticos, como miconazol (Monistat), clotrimazol (Gyne-Lotrimin) y butoconazol (Vagistat). Las infecciones por hongos también pueden tratarse con una dosis única de un medicamento antimicótico oral, como el fluconazol (Diflucan).
La tricomoniasis suele tratarse con metronidazol oral (Flagyl) o tinidazol (Tindamax).
La vaginosis bacteriana se trata con antibióticos, normalmente metronidazol oral (Flagyl) o clindamicina; sin embargo, algunas mujeres prefieren utilizar preparados vaginales tópicos como el gel de metronidazol o los supositorios de clindamicina.
La vaginitis atrófica puede tratarse eficazmente con estrógenos, ya sea en forma de cremas vaginales o comprimidos, parches y anillos vaginales.
¿Qué recomienda el Dr. Weil para la vaginitis?
Dieta: Puede ayudar a evitar la vaginitis fúngica y la vaginosis bacteriana limitando el azúcar en su dieta y añadiendo un poco de ajo crudo, un potente agente antifúngico y antibacteriano.
Suplementos: Como alternativa a la terapia con antibióticos, puedes utilizar supositorios de aceite de árbol de té o hacer duchas vaginales con aceite de árbol de té. Prepare una solución al 10 por ciento (aproximadamente una cucharada y media de aceite de árbol de té en una taza de agua tibia). Deja de usarlo si ves que este tratamiento te produce irritación. Otra alternativa revisada en el Journal of Women’s Health mostró que las mujeres con vaginitis crónica causada por Candida resistente a los medicamentos tradicionales pueden ser tratadas eficazmente con cápsulas de supositorios de ácido bórico tomadas por la noche durante 7 a 10 días. Este tratamiento no debe utilizarse con frecuencia ni durante el embarazo. La miel de abeja mezclada con yogur rico en lactobacilos también ha demostrado ser bastante eficaz contra la infección vaginal por cándida y puede utilizarse con seguridad en el embarazo.
Cómo prevenir la vaginitis
Una vez tratada la vaginitis, es importante restablecer una microflora vaginal sana para evitar el crecimiento excesivo de las levaduras y bacterias que causan la vaginitis. La mejor forma de conseguirlo es tomando probióticos, ya sea en forma de yogur con cultivos vivos o en forma de cápsulas. El Dr. Weil recomienda productos que contengan Lactobacillus GG o Bacillus coagulans (BC-30). Una buena higiene vaginal puede aliviar los síntomas y evitar que algunos tipos de vaginitis vuelvan a aparecer.
Las recomendaciones del Dr. Weil incluyen:
- Evitar los baños largos y frecuentes, así como las bañeras de hidromasaje.
- Mientras se duche, aclare bien la zona genital y, cuando termine, séquela con palmaditas para evitar la humedad y la irritación prolongadas.
- No utilice jabones perfumados o fuertes, como los que tienen acción desodorante o antibacteriana.
- No utilice tampones o compresas perfumados que puedan ser irritantes para el tejido vaginal.
- Limpiar siempre de delante hacia atrás después de ir al baño para evitar la propagación de bacterias desde el ano.
- Evitar las duchas vaginales regulares ya que no son necesarias y alteran la flora vaginal normal.
- Utilizar preservativos para ayudar a prevenir las infecciones de transmisión sexual.
- Evite usar regularmente ropa interior que provoque sudoración genital; elija ropa interior de algodón más ligera y medias con forro de algodón.
Revisado por Ben González, M.D. Septiembre, 2016