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Estrategias que puedes utilizar para recuperarte del momento y darle la vuelta a las cosas.

Ahora lo has hecho. Te dirigiste a un cliente por el nombre de su competidor. O derramaste tu café sobre documentos importantes en medio de una reunión. O murmuraste alguna queja privada que un gran grupo de personas escuchó accidentalmente. Y te sientes avergonzado. Sientes que se te acelera el pulso y se te pone la cara roja. Te gustaría ser invisible.

La vergüenza es un fenómeno universal. A menudo, se produce como resultado de un accidente verbal. A veces, sin embargo, la vergüenza es el resultado de una falta de habilidad o diplomacia involuntaria. A veces, es el resultado de la combinación de situaciones desconocidas, personas desconocidas y expectativas desconocidas.

Por muy desagradable que sea la vergüenza para la mayoría de la gente, puede ser una auténtica experiencia de aprendizaje. De hecho, con un poco de preparación previa, los momentos embarazosos pueden incluso convertirse en una ventaja.

Así que no, no busques la vergüenza. Pero si te ves envuelto en una situación embarazosa, aquí tienes unas cuantas estrategias que puedes utilizar para recuperarte del momento y darle la vuelta a la situación:

  • Explica con gracia por qué ha ocurrido el incidente. Por ejemplo: «No puedo creer que te haya llamado por el apellido de Juan. En realidad, él ha estado en mi mente constantemente durante los últimos días, e incluso me desperté en medio de la noche pensando en él.» La ventaja: los demás entienden por qué te has avergonzado. Pareces reflexivo y preocupado.
  • Responde al incidente con humor autodespectivo. Por ejemplo: «Oh, oh. Me pregunto qué más puedo hacer mal hoy». El beneficio: estás demostrando una genuina humildad. Y aunque la humildad puede ser buena para el alma, también genera el respeto de las personas que le rodean.
  • Aproveche la ocasión para ofrecer un cumplido. Por ejemplo: «Siempre tienes mucho cuidado con estas cosas. Nunca cometerías un error tan embarazoso y espero que yo tampoco lo vuelva a cometer». El beneficio: estás ofreciendo dos cualidades universalmente apreciadas: elogio y calidez.
  • Disculpa. Por ejemplo: «Lo siento mucho… Llevo unas horas corriendo y hoy no me siento yo mismo». El beneficio: estás recordando a los demás que tú -y ellos- son humanos.
  • Pide ayuda. Por ejemplo: «No puedo creer que haya derramado esto. Me ayudarías a mover estos papeles?». El beneficio: estás sustituyendo la vergüenza personal por una solución de grupo.
  • Redirige la atención de los demás. Por ejemplo: «Me siento realmente avergonzado por esto, pero lo que espero que recuerden de esta mañana es el tremendo logro del que les hablé antes». El beneficio: estás reforzando la importancia de la información, las noticias o los objetivos que ya has presentado.
  • Reconoce la vergüenza mutua de las personas que te rodean. Por ejemplo: «¡Dudo que alguno de vosotros esté tan avergonzado como yo!». El beneficio: estás convirtiendo el incidente en una experiencia de grupo. Recuerda: los ánimos no existen en el vacío. Otras personas pueden sentirse tan avergonzadas o incómodas como tú después de cometer un paso en falso.
  • Ofrece una confesión desenfadada. Por ejemplo: Saca un bolígrafo del bolsillo y levántalo. «Ahora voy a escribir 1.000 veces: ‘Siempre recordaré el nombre de Juan en el futuro’…». El beneficio: estás despejando el aire al admitir tu fracaso momentáneo, y haces que los demás aprecien tu gracia bajo presión.
  • Convierte a las personas que te rodean en un público. Por ejemplo, haz una pausa y mira a la gente que te rodea: «Bueno, ahora dejadme que os cuente mi próximo acto…». La ventaja: estás aligerando el ambiente y preparando el terreno para volver al asunto en cuestión.
    • La vergüenza nos asola a todos de vez en cuando. Sin embargo, aunque intentes prepararte para los momentos embarazosos, nunca podrás evitarlos del todo. Pero siempre se puede responder a ellos después de que ocurran. Reaccione rápidamente a estos momentos aparentemente desagradables y convertirá sus vergüenzas en oportunidades de aprendizaje, humor e incluso de creación de equipo. Los demás pasarán por alto e incluso olvidarán su vergüenza, pero puede que recuerden durante mucho tiempo los puntos fuertes y las cualidades positivas que aportó al momento.

      Por Richard_Ansman

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