Has puesto la mesa, has puesto tu lista de reproducción favorita y has abierto una botella de vino. Tus amigos llegarán en cualquier momento. Le das una última probada a tu plato para asegurarte de que está bien y, de repente, te arde la boca.
El plato en el que te has esclavizado es demasiado picante. Piensas: «¡Oh, no, me he pasado! ¡No debería haber añadido esa última pizca de cayena! He hecho que mi plato sea incomible. Posiblemente letal». Presa del pánico, te planteas tirarlo todo a la basura y sacar una pizza congelada.
No te preocupes, tenemos algunas formas de salvar tu cena (y quizá incluso de mejorarla).
1. Refréscate con lácteos
La capsaicina de los chiles es la que da el ardor a los pimientos. Una de las mejores formas de contrarrestar este compuesto químico es añadiendo un producto lácteo: leche entera, nata espesa, yogur, queso o crema agria. Incluso la rica leche de coco puede servir.
2. Salvación dulce
Los azúcares ayudan a neutralizar el picor de los chiles. Así que prueba a añadir un poco de azúcar o miel para equilibrar los sabores demasiado picantes.
3. Aumenta el volumen de los demás ingredientes
Difumina el calor añadiendo más cantidad de los componentes principales del plato. Eso puede significar más caldo, carne o verduras, dependiendo de lo que estés haciendo. O improvisa y añade zanahorias, calabazas o patatas ralladas para absorber parte del picante.
4. Sirve con almidón
Ofrece algo de sabor neutro para atemperar el picante de tu comida. La pasta, el arroz, el pan, el cuscús o los cereales son buenas opciones para servir con un plato principal picante.
5. Añade algo de ácido
Los líquidos ácidos como el vinagre, el zumo de limón o de lima, e incluso los tomates picados, pueden cortar el intenso picante. Utiliza lo que complemente los sabores de tu plato.
6. La mantequilla de frutos secos puede ser tu arma secreta
Si los sabores son compatibles -tal vez un plato de fideos asiáticos como el pad thai- prueba a añadir un poco de tahini, mantequilla de cacahuete o de almendras. El contenido de grasa de las mantequillas de frutos secos puede ayudar a apagar la llama.
La próxima vez
Protégete de este problema en el futuro añadiendo un poco de calor cada vez y probando sobre la marcha. Recuerda que el líquido de los platos de larga cocción, como el chile o el curry, se evapora a medida que se cocinan y los sabores se concentran más. Así que trate el calor como la sal y añádalo gradualmente, con una prueba final y un ajuste hacia el final del tiempo de cocción.