Las bacterias y las plantas son capaces de formar ondas de población como resultado de su comportamiento de consumo y propagación. Anteriormente se supuso, pero no se demostró, una interpenetración tipo solitón de las ondas poblacionales que colisionan. Aquí mostramos cómo y por qué las ondas de población que colisionan, de especies trofológicamente idénticas pero de diferente condición física, pueden interpenetrarse entre sí sin retraso. Hemos hipotetizado y revelado aquí que el último mecanismo proporciona una coexistencia estable de dos, tres y cuatro especies, compitiendo por el mismo recurso limitante en el pequeño hábitat homogéneo bajo condiciones constantes y sin compensaciones de fitness. Hemos explicado el misterio de la biodiversidad de forma mecanicista porque (i) nuestros modelos son mecanicistas ascendentes, (ii) el mecanismo de interpenetración revelado proporciona una fuerte violación del principio de exclusión competitiva y (iii) hemos demostrado que el aumento del número de especies que compiten aumenta el número de casos de coexistencia. Por lo tanto, los supuestos de principio de neutralidad de la aptitud (equivalencia), compensaciones competitivas y nichos competitivos son redundantes para la explicación fundamental de la riqueza de especies.