Este es uno de los versículos más citados de toda la Biblia. Salomón ofrece un sólido consejo para la vida. El entendimiento humano siempre está sujeto a errores. Lo que parece ser la opción correcta puede ser la opción equivocada. Pero el Señor ve el panorama general y siempre sabe lo que es mejor para nosotros. No se trata de ser ingenuo o sin sentido. Más bien, necesitamos reconocer nuestras propias limitaciones. El hecho de que estemos sobrepasados no significa que Dios ya no esté en control. Los siguientes versículos añaden ideas a esta instrucción (Proverbios 3:6-12).
Abraham no podía ver cómo todo saldría bien cuando el Señor le ordenó matar a su hijo Isaac en el monte Moriah (Génesis 22:1-2), pero confió en el Señor con todo su corazón. El Señor había prometido a Abrahán que establecería su pacto con Isaac y su descendencia (Génesis 17:19), por lo que Abrahán creyó que, si era necesario, el Señor resucitaría a Isaac de entre los muertos (Hebreos 11:17-19). En el monte Moriah, Abraham ató a Isaac a un altar y levantó un cuchillo para clavarlo en el pecho de Isaac, cuando el Señor intervino y sustituyó a Isaac por un carnero (Génesis 22:9-14). El Señor no defraudó la confianza incondicional de Abraham, ni nos defraudará a nosotros si confiamos en Él de todo corazón. Puede que nuestro entendimiento necesite tiempo para ponerse al día con Su voluntad, pero al final veremos cómo Él siempre trabaja para el bien.