La orca ha desbancado al gran tiburón blanco como el depredador más temido del océano, según un estudio

Durante años, se ha creído que el gran tiburón blanco era el depredador más temido del océano. Pero cuando cinco cadáveres de tiburón llegaron a la orilla de una playa de la provincia sudafricana del Cabo Occidental en 2017, con los hígados arrancados a mordiscos, una nueva pregunta se cernió sobre la mente de los investigadores marinos: ¿podría el depredador ser una presa?
Los científicos examinaron las marcas de mordeduras bajo las aletas pectorales de los tiburones muertos y descubrieron que solo coincidían con las de otra especie oceánica: la orca, más conocida como ballena asesina.
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Es surrealista imaginar que Willy Libre, la simpática orca, pueda ser una amenaza para Bruce de Tiburón. Sin embargo, un estudio de 2019 que documenta la migración de los grandes tiburones blancos en la isla de Farallón, situada frente a la costa de San Francisco, ha revelado hasta qué punto las ballenas aterrorizan a los tiburones.

Un equipo de investigadores marinos, con el Acuario de la Bahía de Monterey en San Francisco, descubrió que los grandes tiburones blancos huyen inmediatamente si detectan orcas cerca.

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«Cuando se enfrentan a las orcas, los tiburones blancos abandonan inmediatamente su terreno de caza preferido y no vuelven hasta un año después, aunque las orcas sólo estén de paso», dijo el ecólogo marino Salvador Jorgensen.

Entre 2006 y 2013, el equipo marcó 165 tiburones con etiquetas electrónicas que emitían señales ultrasónicas. Los receptores subacuáticos detectaron las señales a medida que los tiburones nadaban, lo que permitió al equipo supervisar las idas y venidas de los tiburones por las aguas californianas. También recopilaron 27 años de datos sobre la población de orcas, tiburones y elefantes marinos -que son presa de los tiburones y las orcas.

En esta foto del 18 de enero de 2014, una orca hembra se abre paso en Puget Sound, al oeste de Seattle. Foto de Elaine Thompson /THE ASSOCIATED PRESS
«En promedio, documentamos alrededor de 40 eventos de depredación de elefantes marinos por parte de los tiburones blancos en el sureste de la isla Farallon cada temporada», dijo el biólogo marino Scot Anderson.

El equipo observó cuatro encuentros entre las orcas y los tiburones blancos en Southeast Farallon Island, en el Santuario Marino Nacional de los Grandes Farallones. El equipo descubrió que cada vez que las orcas aparecían en la región, los tiburones huían de la isla «en cuestión de minutos» y no volvían hasta la siguiente temporada, incluso si las orcas sólo se quedaban una hora. En su lugar, los tiburones que huían se encontraban «amontonados» o en otras colonias de elefantes marinos más alejadas de la costa, o se dirigían a aguas más profundas.

«Estos son enormes tiburones blancos. Algunos miden más de 18 pies de largo (5,5 metros), y suelen dominar el lugar», dijo Anderson. «Hemos estado observando algunos de estos tiburones durante los últimos 15 o 20 años – y algunos de ellos incluso más tiempo que eso».

Los datos registrados durante esos cuatro encuentros también mostrarían entre cuatro y siete veces menos eventos de depredación en las colonias de elefantes marinos.

«Después de que las orcas aparecen, no vemos ni un solo tiburón y no hay más muertes», dijo Anderson. Mientras que las orcas transeúntes se alimentaban de los elefantes marinos ocasionalmente, sus visitas eran raras y las orcas residentes se alimentaban de peces en su lugar.

No mucha gente es consciente de la polémica relación entre estos dos depredadores ápice, pero los observadores de ballenas han sido testigos de ataques de orcas a tiburones blancos en la naturaleza. En 1997, los testigos vieron cómo una orca embestía el costado de un gran tiburón blanco, aturdiéndolo momentáneamente antes de voltearlo y mantenerlo en su sitio durante 15 minutos para comerse su presa. Incidentes similares también han sido captados en película en Costa Rica y Australia en 2014 y 2015.

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El hígado de los tiburones representa más del cinco por ciento de su peso corporal total y es conocido por ser rico en aceite con una reserva de energía más nutritiva que la de la grasa de ballena. Este órgano alimenta la migración de los tiburones, su crecimiento y asegura su flotabilidad. No está claro cómo extraen las orcas los hígados de sus presas, pero las marcas de mordeduras en los cadáveres sugieren que hieren a sus víctimas cerca de las aletas pectorales y luego les exprimen el hígado.
«Es como exprimir la pasta de dientes»
dijo Jorgenson al Atlantic.

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