Honestamente, ¿hay algo más agradable que un día en el spa? Nosotros creemos que no. Esas horas de puro mimo son el mayor de los caprichos, pero cuando un viaje al spa no encaja en tu agenda (¡o en tu presupuesto!), hay muchas formas sencillas de recrear una experiencia relajante como la del spa en casa. A continuación, los expertos en balnearios de todo el país comparten sus mejores consejos. Diga spaaa-h!
Cargue las toallas calientes.
¿Se va a hacer un tratamiento facial? En lugar de ir y venir al lavabo para lavarte la cara entre paso y paso, cárgate de toallas de algodón suaves. Sumérgelas en agua caliente y escúrrelas hasta que estén ligeramente húmedas. «Utilízalas para limpiarte la cara y eliminar cualquier producto, como hacen los profesionales en el spa», dice Aracely Terrazas, esteticista del Spa at the Wit de Chicago. Para subir la apuesta, añade unas gotas de aceite esencial al agua: la lavanda o el eucalipto son buenas opciones. «Mientras te aplicas la toalla caliente en la cara, estarás respirando y obteniendo todos los beneficios aromaterapéuticos del aceite», explica Terrazas.
Fuente: Anthropologie
Entérate con tus sentidos.
Una gran parte de la razón por la que ir a un spa se siente tan especial es porque se involucran los cinco sentidos. «Cuando prepare un tratamiento en casa, recuerde hacer lo mismo e incorporar elementos que sean agradables para sus sentidos de la vista, el olfato, el gusto, el tacto y el oído», sugiere Garrett Mersberger, Director de Spa de Kohler Waters Spa. Incluso sin uno, la experiencia no será la misma. Prepara el ambiente con velas, música relajante, luz tenue, una bata acogedora, un vaso de agua de pepino… puede parecer sencillo, pero estos pequeños complementos son los que hacen que incluso los rituales de belleza más mundanos se sientan especiales y propios de un spa. (Un punto interesante sobre la selección de música: Escoge canciones instrumentales, en lugar de melodías con letra. La letra puede desencadenar recuerdos subconscientes, aumentando tu nivel de estrés, sin que te des cuenta).
Mascarilla para una piel más limpia.
No hay duda de que una buena mascarilla es un capricho por excelencia para el cuidado de la piel. «Una versión DIY es especialmente ideal si estás lidiando con manchas molestas», dice Terrazas. Mezcla una cucharada de cúrcuma, miel cruda y leche (la mezcla debe ser espesa, no demasiado líquida). Aplícala por todo el cuerpo y déjala actuar de 10 a 15 minutos antes de aclararla. La cúrcuma es antiinflamatoria, la miel es antibacteriana y el ácido láctico de la leche exfolia suavemente, dejando el cutis claro y brillante.
Fuente: Julien Fernández para Inside Out
Haz que tu ducha sea más parecida a un spa.
Incluso esos pocos minutos que pasas bajo el chorro cada día pueden convertirse en un tratamiento para todo el cuerpo, simplemente cambiando la temperatura del agua. «Experimenta cambiando de caliente a fría. Esto es bueno para la piel y ayuda a mejorar el flujo sanguíneo», explica Mersberger (piensa en esto como la versión casera de todas esas piscinas de inmersión del spa). La única advertencia: termina siempre con tres o cinco minutos de agua a temperatura neutra para que la temperatura de tu cuerpo vuelva a ser normal.
Cepilla en seco como un profesional.
Tantos tratamientos corporales profesionales incluyen esta técnica, que es fácil de hacer en casa. Métete en la ducha, pero antes de abrir el agua, coge un cepillo corporal y cepíllate con movimientos cortos y circulares. Muévete hacia arriba, en dirección al corazón. «El cepillado en seco exfolia, mejora la circulación y puede ayudar a que la piel tenga un aspecto más suave», señala Sara Dolentz, directora de spa de Chill Spa y SpaTerre en Jackson Hole, Wyoming. Recomienda hacerlo al menos una vez a la semana y seguir con una loción corporal hidratante después de la ducha.
Trata tus ojos.
Los pepinos no son la única forma de calmar los ojos cansados. La directora creativa global de Red Door Spa, Cornelia Zicu, recomienda hervir dos bolsitas de té de manzanilla en leche y luego refrigerarlas hasta que se enfríen. Colócalas sobre los ojos durante 10 minutos para ayudar a refrescar los ojos cansados por mirar la pantalla del ordenador durante horas o después de un día al sol (¡puedes guardarlas en la nevera hasta una semana!).
Fuente: Melissa Oholendt para The Everygirl
Crea tu propio tampón corporal.
Los elegantes exfoliantes corporales del spa suelen tener muchos ingredientes complicados, pero puedes crear fácilmente la versión casera de Dolentz con solo dos (¡sí, dos!) elementos que probablemente ya estén en tu cocina. Combina partes iguales de azúcar granulado con aceite de coco licuado hasta conseguir una consistencia pastosa. Utilízala para frotar de la cabeza a los pies antes de enjuagar (hazlo en la ducha para facilitar la limpieza). «El azúcar elimina suavemente la piel muerta, mientras que el aceite de coco es especialmente hidratante», señala Dolentz. Por no hablar de que huele de maravilla.