Cuando se diseñan equipos metálicos, muchos ingenieros buscan la opción más fuerte y rentable del mercado. Un factor que también debería desempeñar un papel importante en el proceso de selección de materiales es la resistencia a la corrosión.

Aunque la mayoría de los metales están sometidos a la corrosión en algún momento, hay muchos grados de metal que contienen propiedades resistentes a la corrosión que prolongan el proceso o lo evitan por completo. Aunque cada tipo de metal tiene sus ventajas, la resistencia a la corrosión es una propiedad importante, sobre todo porque la corrosión puede causar muchas complicaciones y gastos en el futuro. A continuación, te mostramos algunos de los metales más resistentes para tu equipo.

Acero inoxidable

El acero inoxidable se produce en muchos grados diferentes, cada uno de los cuales contiene una cantidad diferente de hierro que se oxida fácilmente en óxido. Sin embargo, cada grado también contiene un alto porcentaje de cromo, que es aún más reactivo que el hierro. Cuando el cromo reacciona, forma óxido de cromo en la superficie del metal, que actúa como capa protectora contra la corrosión. Cuanto más cromo se encuentre en la aleación de acero inoxidable, mayor será la resistencia.

Los grados más comunes de acero inoxidable son el 304, el 316 y el 430. El acero inoxidable de grado 316 contiene un 18% de cromo, así como níquel y molibdeno que añaden aún más resistencia a la corrosión. Debido a que este grado es tan resistente, a menudo se utiliza en entornos marinos difíciles.

Acero galvanizado

El acero galvanizado no es tan resistente como otros tipos de metal: en este caso, sólo funciona una capa de zinc para evitar la corrosión. La capa de zinc actúa como una barrera que impide que el oxígeno y el agua entren en contacto con el acero. Aunque el proceso de corrosión se ralentiza considerablemente en el caso del acero galvanizado, con el tiempo seguirá oxidándose.

Cuando se trata de los diferentes grados de acero galvanizado, cuanto más alto es el número de grado, más gruesa es la capa de zinc, lo que también significa una mayor resistencia a la corrosión.

Aluminio

El aluminio tiene el poder de crear su propia protección contra la corrosión. Las aleaciones de aluminio no contienen hierro, y sin él, el metal no puede realmente oxidarse. Sin embargo, cuando se expone al agua, se oxida, creando una fina capa de óxido de aluminio que actúa como una dura barrera protectora contra la corrosión.

Debido a su resistencia natural al oxígeno y al agua, el aluminio se suele utilizar en portaaviones y en piezas de automóviles y bicicletas que suelen estar expuestas a la intemperie.

Metales rojos

Los metales rojos como el cobre, el bronce y el latón suelen contener poco o ningún hierro, lo que, al igual que el aluminio, significa que no están sujetos a la oxidación. Cuando estos metales se oxidan, no se corroen, pero pueden volverse verdes por la exposición prolongada al oxígeno.

La capa verde que se forma sobre el cobre cuando se oxida se llama pátina verde. Aunque el color puede no ser atractivo, esta capa en realidad protege aún más el metal de la corrosión.

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