10 Consejos para unas relaciones sanas

Se ha demostrado que las relaciones sanas aumentan nuestra felicidad, mejoran la salud y reducen el estrés. Los estudios demuestran que las personas con relaciones sanas tienen más felicidad y menos estrés. Hay formas básicas de hacer que las relaciones sean saludables, aunque cada relación es diferente. Estos consejos se aplican a todo tipo de relaciones: amistades, relaciones laborales y familiares, y parejas románticas.

1. Mantener las expectativas realistas. Nadie puede ser todo lo que quisiéramos que fuera. Las relaciones saludables implican aceptar a las personas tal y como son y no intentar cambiarlas.

2. Hablar con el otro. No se puede decir lo suficiente: la comunicación es esencial para las relaciones saludables.

  • Tómate el tiempo. Estar realmente allí.
  • Escuchar genuinamente. No interrumpas ni planees lo que vas a decir a continuación. Intenta comprender plenamente su perspectiva.
  • Haz preguntas. Demuestre que está interesado. Pregunte sobre sus experiencias, sentimientos, opiniones e intereses.
  • Comparta información. Los estudios demuestran que compartir información ayuda a entablar relaciones. Deje que la gente sepa quién es usted, pero no abrume con demasiada información personal demasiado pronto.
    • 3. Sea flexible. Es natural sentirse incómodo ante los cambios. Las relaciones sanas permiten el cambio y el crecimiento.

      4. Cuida también de ti mismo. Las relaciones saludables son mutuas, con espacio para las necesidades de ambas personas.

      5. Sé fiable. Si haces planes con alguien, cúmplelos. Si asumes una responsabilidad, complétala. Las relaciones sanas son de confianza.

      6. Lucha limpiamente. La mayoría de las relaciones tienen algún conflicto. Sólo significa que no estáis de acuerdo en algo; no tiene por qué significar que no os gustéis.

      • Refréscate antes de hablar. La conversación será más productiva si la tenéis cuando vuestras emociones se hayan enfriado un poco, así no diréis algo de lo que os podáis arrepentir más tarde.
      • Usa las «afirmaciones yo». Comparte cómo te sientes y lo que quieres sin asignar culpas o motivos. Por ejemplo: «Cuando no me llamas, empiezo a sentir que no te importo» frente a «Nunca me llamas cuando estás fuera. Supongo que soy la única que se preocupa por esta relación»
      • Mantén un lenguaje claro y específico. Intenta describir con hechos el comportamiento con el que estás molesto, evitando criticar y juzgar. Ataca el problema, no a la persona.
      • Céntrate en el tema actual. Es probable que la conversación se atasque si acumula todo lo que le molesta. Evite utilizar el lenguaje de «siempre» y «nunca» y aborde un tema a la vez.
      • Asuma la responsabilidad de los errores. Pida disculpas si ha hecho algo mal; esto contribuye en gran medida a arreglar las cosas.
      • Reconozca que algunos problemas no se resuelven fácilmente. No todas las diferencias o dificultades pueden resolverse. Sois personas diferentes, y vuestros valores, creencias, hábitos y personalidad pueden no estar siempre alineados. La comunicación contribuye en gran medida a que os entendáis y abordéis las preocupaciones, pero algunas cosas están muy arraigadas y puede que no cambien significativamente. Es importante averiguar por sí mismo lo que puede aceptar, o cuándo una relación ya no es saludable para usted.
        • 7. Sea afirmativo. Según el investigador de relaciones John Gottman, las parejas felices tienen una proporción de 5 interacciones o sentimientos positivos por cada interacción o sentimiento negativo. Expresa calidez y afecto

          8. Mantén tu vida equilibrada. Otras personas ayudan a que nuestra vida sea satisfactoria, pero no pueden satisfacer todas las necesidades. Encuentra lo que te interesa y participa. Las relaciones sanas tienen espacio para actividades externas.

          9. Es un proceso. Puede parecer que todo el mundo en el campus tiene confianza y está conectado, pero la mayoría de la gente comparte la preocupación por encajar y llevarse bien con los demás. Se necesita tiempo para conocer a la gente y llegar a conocerla. Las relaciones saludables se pueden aprender y practicar, y seguir mejorando.

          10. ¡Sé tú mismo! Es mucho más fácil y divertido ser auténtico que pretender ser algo o alguien más. Las relaciones saludables están hechas de personas reales.

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